Diciembre es un mes especial para reflexionar sobre lo que realmente importa. Más allá de los regalos y las festividades, es una oportunidad para recordar el nacimiento de Jesús, el regalo más grande que Dios nos dio. Esta temporada nos invita a cerrar el año con gratitud, mirando atrás con agradecimiento por su amor y protección, y mirando hacia el futuro con esperanza en su fidelidad.

Es un momento propicio para ejercitar el perdón, establecer nuevas tradiciones familiares que refuercen nuestros vínculos y transmitir a los más jóvenes el auténtico significado de la Navidad. A la vez, nos recuerda que la salvación no es algo que podamos merecer, sino un obsequio inmerecido de la gracia divina.
La Navidad, en su esencia, revela la gracia de Dios: un amor incondicional que no se basa en nuestras acciones, sino en su misericordia. Nos recuerda que, aunque no lo merezcamos, Su amor nos abraza y nos brinda la oportunidad de ser transformados. Este tiempo de celebración nos invita a experimentar esa gracia en nuestras vidas y a compartirla con los demás. Que este mes nos motive a vivir con un corazón repleto de amor, a apreciar lo que verdaderamente importa. ¡Te deseo una Navidad colmada de bendiciones y un año nuevo lleno de fe y esperanza!
Liss Rivas
Directora Editorial