Salmo 18:36 (Biblia Latinoamericana) "Puedo alargar el paso, y mis tobillos no van a flaquear."
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En la vida todos caminamos por senderos que no siempre son fáciles: desafíos, decisiones, dolor, miedo. Pero este versículo nos muestra una verdad hermosa: cuando Dios está con nosotros, podemos caminar sin flaquear. No importa lo difícil del terreno, nuestros pasos se vuelven firmes.
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“Alargar el paso” es señal de seguridad, de fuerza. No vamos dudando, sino avanzando con fe. Aplicación: Dios no solo quiere que sobrevivas, sino que prosperes en tu caminar espiritual, emocional y familiar.
"...y mis tobillos no van a flaquear."
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El tobillo es lo que da equilibrio. Si flaquea, el cuerpo cae, Pero cuando Dios te sostiene, tus pies resisten, tu fe se afirma, tu alma no se rinde.
La vida no siempre es un camino plano.
A veces parece un sendero empinado, otras veces una ruta con piedras, niebla o incertidumbre. Todos, en algún momento, hemos sentido miedo al avanzar, temor a tropezar, dudas sobre si nuestras fuerzas alcanzarán.
Pero el salmista David nos regala una imagen poderosa: la de alguien que, con la ayuda de Dios, puede alargar el paso y avanzar con seguridad.
Él no habla de un camino sin dificultades, sino de una fuerza que lo sostiene en medio de los desafíos.
David, hombre de guerras, de persecuciones y caídas, no confiaba en su entrenamiento ni en su experiencia. Su confianza estaba en el Señor, quien afirmaba su caminar y fortalecía sus tobillos. Esa confianza lo hizo declarar con fe: “Mis tobillos no van a flaquear.”
Tal vez tú también estás caminando por un terreno incierto. Tal vez hay decisiones que te generan miedo, o batallas que ya te han quitado fuerzas. Pero la Palabra te recuerda hoy que no caminas solo. Dios va delante de ti. Él ensancha tu paso, te cuida, te afirma, te levanta cuando tus fuerzas fallan.
Sí, hay miedo. Pero también hay promesa.
Sí, hay cansancio. Pero también hay gracia.
Sí, hay lucha. Pero también hay victoria en Cristo.
Así que no te detengas. Avanza con fe. Aunque tiemble el terreno, aunque sientas debilidad, confía:
Dios no te deja caer.
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